Diálogos sobre la vida y la minería
Carta abierta de religiosos, religiosas, laicos y laicos
cuidadores de los bienes de la creación en América Latina
Somos religiosas, religiosos, laicos
y laicas de América Latina interpelados por la difícil situación de nuestros
pueblos afectados por las industrias extractivas, afectados día a día por la
destrucción de la creación, la explotación indiscriminada de los Bienes
Comunes, la represión y la exclusión que generan conflictos sociales, afectan
Derechos Humanos y destruyen ecosistemas vitales.
Estamos tratando de elaborar
conjuntamente estrategias para responder a esta compleja realidad, a la luz del
Evangelio.
En noviembre de 2013, nos reunimos
en Lima - Perú como grupo inicial, el cual nació desde las experiencias
concretas de quienes trabajan en las regiones de conflicto causados por las
actividades extractivas.
Perú el país de América Latina con
los mejores indicadores de desarrollo económico, por otro lado es también uno
de los países con más graves conflictos producidos por las actividades
extractivas según la Defensoría del Pueblo de este país. En todos nuestros
países, el extractivismo es una fuente de constantes y graves conflictos.
Treinta personas estaban
presentes en el encuentro, procedentes de Salvador, Honduras, Colombia,
Ecuador, Perú, Chile, Argentina, Brasil, y también religiosas/os y laicas/os
que trabajan en organismos internacionales como Vivat Internacional,
Franciscans Internacional y Mercy Internacional (ONGs de las congregaciones
religiosas en la ONU), en la Oficina de Justicia, Paz e Integridad de la
Creación de los franciscanos OFM de Roma. El proceso fue apoyado y acompañado
por Misereor, agencia de desarrollo de la iglesia católica en Alemanía.
En los dos últimos años, el Consejo
Episcopal Latinoamericano (CELAM), varias diócesis y conferencias de obispos
católicos y el Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI) profundizaron y
debatieron los conflictos causados por grandes proyectos mineros y
energéticos en nuestros países.
Las comunidades cristianas de base,
en muchos casos, fueron protagonistas de la resistencia a estos proyectos, en
defensa de los derechos y tradiciones locales, y en la búsqueda de alternativas
a este modelo de desarrollo de raíces coloniales.
Estas mismas organizaciones
cristianas de base sintieron la necesidad de reactivar la articulación entre
ellas y dentro de la iglesia institucional, en espíritu ecuménico.
El contexto es extremadamente
desafiante: los pastores y líderes cristianos que defienden comunidades, medio
ambiente y trabajadores frente a los impactos de la minería son cada vez más
criminalizados y perseguidos, se encuentran aislados y en varios casos sin el
apoyo de las instituciones de las iglesias o congregaciones a la que
pertenecen. Varias catequistas, hermanas, sacerdotes o pastores fueron
asesinados, amenazados o alejados de las comunidades con las cuales vivían y
luchaban.
Las poblaciones tradicionales son
las más impactadas por los grandes proyectos extractivos. La salud de la
población se ve afectada, los territorios tradicionales son devastados, sus
culturas y espiritualidades amenazadas.
Nos preocupan los ataques a los
derechos indígenas arduamente conquistados en las últimas décadas, debido a las
grandes presiones que ejercen las empresas mineras. Las poblaciones nativas no
son respetadas en su derecho de veto a la construcción de grandes
hidroeléctricas y a la exploración mineral en los territorios que pertenecieron
a sus ancestros.
Frente a este escenario, hay una
extrema necesidad de fortalecer lazos de alianza entre los que asumieran la
misión cristiana de cuidar de la creación, incluyendo el fortalecimiento del
diálogo con la jerarquía de nuestras iglesias. Nos regocijó mucho la
participación de Mons. Guilherme Werlang, obispo de Brasil[1], a lo largo de todo el encuentro de
Lima, así como el apoyo del Papa Francisco en la lucha contra la minería a gran
escala[2], expresado en una reciente reunión
en Roma: señales importantes de cara al futuro.
Durante nuestro primer encuentro en
Lima definimos algunas pistas de convergencia y trabajo:
•
Queremos contribuir a la relectura bíblica y teológica de los
principios-base del compromiso cristiano por la justicia, paz e integridad de
la creación (JPIC). Queremos profundizar las relaciones entre los valores
sagrados de las tradiciones de nuestros pueblos, la cultura del ‘Bien Vivir’ y
el mensaje cristiano, en el compromiso común de defender la vida. Vamos a
trabajar para incorporar esos temas en la educación popular de las comunidades
cristianas.
•
Queremos también, dialogar con la Iglesia Católica institucional, con
las redes de las Iglesias Evangélicas, con las coordinaciones de nuestras
congregaciones religiosas. Buscaremos fortalecer nuestro diálogo con el CLAI y
promover un encuentro de reflexión y retiro donde los representantes de
comunidades afectadas por la minería pidan el respaldo del Vaticano para la
defensa de sus derechos y formas de vida.
•
Queremos construir puentes entre las comunidades impactadas y las
instituciones internacionales de defensa de los derechos humanos, a través de
la misión de los religiosos y religiosas que trabajan en las Naciones Unidas,
de las coordinaciones nacionales y internacionales de JPIC y de las redes
internacionales de lucha contra los impactos de la minería.
Esta tarea
requiere de grandes esfuerzos por lo que convocamos
a los religiosos y religiosas, laicos y laicas sensibles ante esta urgencia y
dispuestos a recorrer juntos este camino a sumarse activamente a esta
iniciativa y participar en un debate y acción permanente en defensa de las
comunidades afectadas y en el cuidado de la creación.
Queremos encontrarnos nuevamente en Brasil, a finales de 2014, para reafirmar estos y nuevos
compromisos con un grupo más grande y más articulado, para que nuestros pueblos
sientan la proximidad de las iglesias y para que todo, en ellos, tenga vida en
abundancia.
Lima, 4-5 de noviembre de 2013
Juan Goicochea - Perú – Misioneros
Combonianos
René Flores – Honduras - Frailes Menores
Franciscanos
César Espinoza – Honduras – Misioneros
Claretianos
Donald Hernandes – Honduras – CEPRODEH
Filomeno Ceja – Guatemala – Misioneros
Combonianos
Juan de La Cruz - Ecuador - Salesianos
Dário Bossi – Brasil – Misioneros Combonianos
Danilo Chammas – Brasil – Justiça nos Trilhos
Rodrigo Peret – Brasil - Frailes Menores Franciscanos
Gilberto Pauwels – Bolivia - Oblatos de María Inmaculada
Adriel Ruiz – Colombia – Sacerdote Diocesano
Cesar Correa – Chile – Misioneros Columbanos
César Padilla – Chile - OCMAL
Ana Maria Siufi - Argentina - Hermana de la
Misericordia de las Américas
Fábio Ferreira – Roma - Frailes Menores Franciscanos
Jean Paul Pezzi -
EUA - Misioneros Combonianos
Seamus Finn – EUA – Oblatos de María
Inmaculada
Amanda Lyons –EUA - Franciscan International
Aine O'Connor – EUA - Sisters of Mercy, Mercy
International Association at the UN
Zélia Cordeiro - EUA – Misionera Sierva del Espíritu Santo/VIVAT
Internacional
Ofelia Vargas – Perú - Grufides
Pablo Sanchez - Perú - Grufides
Para contactos e mayores informaciones: iglesiaymineria@gmail.com
[1] Presidente
de la Comisión Episcopal Brasileña para el Servicio de la Caridad, de la
Justicia e de la Paz
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