Monday 9 December 2013

CARTA ABIERTA


Diálogos sobre la vida y la minería

Carta abierta de religiosos, religiosas, laicos y laicos
cuidadores de los bienes de la creación en América Latina


Somos religiosas, religiosos, laicos y laicas de América Latina interpelados por la difícil situación de nuestros pueblos afectados por las industrias extractivas, afectados día a día por la destrucción de la creación, la explotación indiscriminada de los Bienes Comunes, la represión y la exclusión que generan conflictos sociales, afectan Derechos Humanos y destruyen ecosistemas vitales.

Estamos tratando de elaborar conjuntamente estrategias para responder a esta compleja realidad, a la luz del Evangelio.

En noviembre de 2013, nos reunimos en Lima - Perú como grupo inicial, el cual nació desde las experiencias concretas de quienes trabajan en las regiones de conflicto causados por las actividades extractivas.

Perú el país de América Latina con los mejores indicadores de desarrollo económico, por otro lado es también uno de los países con más graves conflictos producidos por las actividades extractivas según la Defensoría del Pueblo de este país. En todos nuestros países, el extractivismo es una fuente de constantes y graves conflictos.

Treinta personas estaban presentes en el encuentro, procedentes de Salvador, Honduras, Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Argentina, Brasil, y también religiosas/os y laicas/os que trabajan en organismos internacionales como Vivat Internacional, Franciscans Internacional y Mercy Internacional (ONGs de las congregaciones religiosas en la ONU), en la Oficina de Justicia, Paz e Integridad de la Creación de los franciscanos OFM de Roma. El proceso fue apoyado y acompañado por Misereor, agencia de desarrollo de la iglesia católica en Alemanía.

En los dos últimos años, el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), varias diócesis y conferencias de obispos católicos y el Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI) profundizaron y debatieron los conflictos causados ​​por grandes proyectos mineros y energéticos en nuestros países.

Las comunidades cristianas de base, en muchos casos, fueron protagonistas de la resistencia a estos proyectos, en defensa de los derechos y tradiciones locales, y en la búsqueda de alternativas a este modelo de desarrollo de raíces coloniales.

Estas mismas organizaciones cristianas de base sintieron la necesidad de reactivar la articulación entre ellas y dentro de la iglesia institucional, en espíritu ecuménico.

El contexto es extremadamente desafiante: los pastores y líderes cristianos que defienden comunidades, medio ambiente y trabajadores frente a los impactos de la minería son cada vez más criminalizados y perseguidos, se encuentran aislados y en varios casos sin el apoyo de las instituciones de las iglesias o congregaciones a la que pertenecen. Varias catequistas, hermanas, sacerdotes o pastores fueron asesinados, amenazados o alejados de las comunidades con las cuales vivían y luchaban.

Las poblaciones tradicionales son las más impactadas por los grandes proyectos extractivos. La salud de la población se ve afectada, los territorios tradicionales son devastados, sus culturas y espiritualidades amenazadas.

Nos preocupan los ataques a los derechos indígenas arduamente conquistados en las últimas décadas, debido a las grandes presiones que ejercen las empresas mineras. Las poblaciones nativas no son respetadas en su derecho de veto a la construcción de grandes hidroeléctricas y a la exploración mineral en los territorios que pertenecieron a sus ancestros.

Frente a este escenario, hay una extrema necesidad de fortalecer lazos de alianza entre los que asumieran la misión cristiana de cuidar de la creación, incluyendo el fortalecimiento del diálogo con la jerarquía de nuestras iglesias. Nos regocijó mucho la participación de Mons. Guilherme Werlang, obispo de Brasil[1], a lo largo de todo el encuentro de Lima, así como el apoyo del Papa Francisco en la lucha contra la minería a gran escala[2], expresado en una reciente reunión en Roma: señales importantes de cara al futuro.

Durante nuestro primer encuentro en Lima definimos algunas pistas de convergencia y trabajo:

  Queremos contribuir a la relectura bíblica y teológica de los principios-base del compromiso cristiano por la justicia, paz e integridad de la creación (JPIC). Queremos profundizar las relaciones entre los valores sagrados de las tradiciones de nuestros pueblos, la cultura del ‘Bien Vivir’ y el mensaje cristiano, en el compromiso común de defender la vida. Vamos a trabajar para incorporar esos temas en la educación popular de las comunidades cristianas.
  Queremos también, dialogar con la Iglesia Católica institucional, con las redes de las Iglesias Evangélicas, con las coordinaciones de nuestras congregaciones religiosas. Buscaremos fortalecer nuestro diálogo con el CLAI y promover un encuentro de reflexión y retiro donde los representantes de comunidades afectadas por la minería pidan el respaldo del Vaticano para la defensa de sus derechos y formas de vida.
  Queremos construir puentes entre las comunidades impactadas y las instituciones internacionales de defensa de los derechos humanos, a través de la misión de los religiosos y religiosas que trabajan en las Naciones Unidas, de las coordinaciones nacionales y internacionales de JPIC y de las redes internacionales de lucha contra los impactos de la minería.

Esta tarea requiere de grandes esfuerzos por lo que convocamos a los religiosos y religiosas, laicos y laicas sensibles ante esta urgencia y dispuestos a recorrer juntos este camino a sumarse activamente a esta iniciativa y participar en un debate y acción permanente en defensa de las comunidades afectadas y en el cuidado de la creación.

Queremos encontrarnos nuevamente en Brasil, a finales de 2014, para reafirmar estos y nuevos compromisos con un grupo más grande y más articulado, para que nuestros pueblos sientan la proximidad de las iglesias y para que todo, en ellos, tenga vida en abundancia.


Lima, 4-5 de noviembre de 2013

Juan Goicochea - Perú – Misioneros Combonianos
René Flores – Honduras - Frailes Menores Franciscanos
César Espinoza – Honduras – Misioneros Claretianos
Donald Hernandes – Honduras – CEPRODEH
Filomeno Ceja – Guatemala – Misioneros Combonianos
Juan de La Cruz -  Ecuador - Salesianos
Dário Bossi – Brasil – Misioneros Combonianos
Danilo Chammas – Brasil – Justiça nos Trilhos
Rodrigo Peret – Brasil - Frailes Menores Franciscanos
Gilberto Pauwels – Bolivia - Oblatos de María Inmaculada
Adriel Ruiz – Colombia – Sacerdote Diocesano
Cesar Correa – Chile – Misioneros Columbanos
César Padilla – Chile - OCMAL
Ana Maria Siufi - Argentina - Hermana de la Misericordia de las Américas
Fábio Ferreira – Roma - Frailes Menores Franciscanos
Jean Paul Pezzi - EUA - Misioneros Combonianos
Seamus Finn – EUA – Oblatos de María Inmaculada
Amanda Lyons –EUA - Franciscan International
Aine O'Connor – EUA - Sisters of Mercy, Mercy International Association at the UN
Zélia Cordeiro - EUA – Misionera Sierva del Espíritu Santo/VIVAT Internacional
Ofelia Vargas – Perú - Grufides
Pablo Sanchez - Perú - Grufides

Para contactos e mayores informaciones: iglesiaymineria@gmail.com



[1] Presidente de la Comisión Episcopal Brasileña para el Servicio de la Caridad, de la Justicia e de la Paz

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